miércoles, 25 de marzo de 2020

Los detectives salvajes de Roberto Bolaño



     
MUNDO VIAJERO


CHILE y Roberto Bolaño


Su libro Los Detectives Salvajes me acompañó en este viaje por la Región de los Lagos. Entretenido, complejo y caótico.
Un país con naturaleza intacta y desbordante. Lagos, montañas, ríos, bosques. El sur del mundo bajo el poder del agua.
Paisajes salpicados de casas de madera con floridos jardines.
El grandioso espectáculo de un Chile impactante. Flores enredadas en los troncos, humedad extrema, explosión de colores en el confín del mundo.
Experiencias únicas e irrepetibles. Un recorrido increíble con la prosa de un autor chileno en un libro admirable.









El libro



México en la década de 1970. El narrador, un joven poeta llamado Juan García Madero comenzó su diario con estas pocas palabras "Fui cordialmente invitado a ser parte del realismo visceral. Obviamente acepté ".
Alrededor de este sorprendente tema encarnado por el visceralismo real, aunque nunca se define expresamente, se teje toda una red de personajes, todos poetas o admiradores, a veces ricos, a veces pobres, homosexuales o heterosexuales, francofilos o no, locos o dotados. de la razón . ¿Qué impulsa a estos adoradores a perderse por amor a la poesía? ¿Podemos perdernos por amor a la materia?

El libro es un viaje que tiene como protagonistas a tres jóvenes poetas que emprenden una aventura sin rumbo y tienen como punto de partida la ciudad de México.
" Los detectives salvajes eran ratas de librería de viejo. Amaban el polvo acumulado"
"¿ Hay mejor época en la vida cuando no se va a ningún lado?"
Había cafés que definían el universo de los detectives. Sentados en mesas alrededor de tazas de café con leche, se pasaban horas escribiendo poemas rimbaudianos y discutiendo de política, mujeres, cine ...
Los detectives salvajes son Arturo Belano y Ulises Lima, dos jóvenes poetas que dan vida al movimiento literario de los real visceralistas en 1975, quienes junto a un grupo de jóvenes y soñadores poetas buscan reivindicar la vanguardia literaria mexicana, declarándose férreos opositores del célebre poeta Octavio Paz.


MI OPINIÓN


A menudo considerado la obra maestra de Roberto Bolaño, este libro personifica el poder del caos. Imposible que el lector se oriente en este desordenado tríptico que compone el libro. Es un verdadero viaje a través del desorden de la esperanza como en la oscuridad de un desorden mexicano, 
Bolaño nos lleva, en un laberinto de nombres, detalles y personajes, a encontrar la soledad, a deambular, la locura y toda una generación de poetas mexicanos dispuestos a hacer cualquier cosa, a través de sus dos personajes principales, para revivir la poesía mexicana ...

Una novela desestabilizadora, a veces larga, a menudo curiosa, que levanta el velo sobre una sección completa de la vida del autor y nos invita a un viaje increíble entre la ficción y la realidad ...


EL AUTOR

“Neruda es gran poeta”, dijo Bolaño. “Él es más o menos lo que yo pretendía ser a los veinte años. Vivir como poeta sin escribir. Escribió tres libros muy buenos. El resto son muy malos. Pero él ya vivía como poeta y ejercía como poeta rey”.

Pero a Bolaño no le molestaba que Neruda viviera de la literatura. No parece haber restos de envidia por el hecho de que Neruda recibiera un Nobel y él apenas recibiera reconocimiento en vida. Tras esta crítica se esconde una respuesta a uno de los reproches que se le hacen a Bolaño: su ausencia de interés en la política. Como bien señala Andrés Ibáñez en su brillante análisis de la obra de Bolaño: “Lo cierto es que en la extensa obra de Bolaño la política apenas aparece. La política en el sentido inmediato y explícito, tal y como suele entenderse en España”.

De hecho, el compromiso político de Bolaño se puede resumir con estas palabras (de Ibáñez): “No quiso ser comunista después de conocer a los comunistas y ver que todos pensaban igual, y se hizo trotskista. Al ver que todos los trotskistas pensaban igual se hizo anarquista. Al venir a España y conocer a los anarquistas, decidió no ser nada”.

La fijación de Bolaño con Neruda va más allá, incluso llega a ser el elemento troncal de “Carnet de baile”, un cuento que se integra en Putas Asesinas. Es un relato breve entre la ficción, el ensayo y las memorias en el que habla, entre otras cosas, de su relación con Jodorowski y del propio Pablo Neruda: “Yo era por entonces un joven hipersensible, además de ridículo y muy orgulloso, y afirmé que el mejor poeta de Chile, sin duda alguna, era Pablo Neruda”, escribe Bolaño, haciendo referencia a su inmadurez para criticar al autor de Veinte poemas de amor y una canción desesperada.

Más agresivo parece el término bajo el que en Los detectives salvajes cataloga tanto a Neruda como a Octavio Paz. En un momento de la novela, uno de sus personajes, el poeta Ernesto San Epifanio, distinguía entre varias corrientes o distintos tipos de poetas. Para él, están los maricones, que defienden la estética, y también los maricas, defensores de la ética. De Paz y de Neruda dice que son poetas maricas.

Roberto Bolaño nunca llegó a darle el lujo de elevar a Neruda a los puestos privilegiados de mejor-poeta-chileno: ese honor era para Nicanor Parra. Precisamente a esta idea hace referencia en “Carnet de baile”: “La literatura chilena gira en torno a un sol muerto que se llama Pablo Neruda y que es la principal coartada para que exista esa entelequia que llaman literatura chilena”.

No obstante, no se puede desdeñar la posibilidad de que las razones escondidas tras la crítica de Bolaño estuvieran ligadas a una cuestión de pose. En una de sus últimas entrevistas dijo que: “Residencia en la tierra o ciertas zonas del Canto general son una poesía tan alta, pero tan alta, que de alguna manera permite cualquier exceso posterior. Neruda es un gran poeta, pero un gran poeta”.

Resulta curioso, después de todo, que en su estudio de Blanes, en la biblioteca que le encargó a un ebanista -donde según cuentan guardaba los libros de los poetas que más le gustaban- tuviera amontonada la obra de Pablo Neruda y de Octavio Paz.

En la actualidad, pocos escritores son más aclamados que el novelista chileno Roberto Bolaño, quien murió de una enfermedad hepática en el año 2003, a la edad de 50 años. Su novela póstuma, 2666, apareció en numerosas listas de los mejores libros del 2008 [año de la aparición de 2666 en inglés], y el interés por él y por su obra se ha visto aumentado por una creciente reputación de escritor proscrito de vida difícil.

Aunque ya era un autor reconocido -es cosa de revisar los premios y alabanzas cosechados por Los detectives salvajes (1998)- la muerte de Roberto Bolaño a los 50 años, el 15 de julio de 2003, encendió los mecanismos con que la industria cultural vuelve leyenda a un escritor. Primero fue la publicación póstuma de 2666 (2005) ( una violenta novela de más de mil páginas y que originalmente serían cinco libros.) Como confirma su círculo cercano, el escritor se encerró en su estudio de Blanes (Barcelona) para terminarla, sabiendo que le quedaba poco tiempo. La idea del autor era asegurar económicamente el futuro de sus dos hijos, Lautaro y Alexandra.

Además de las novelas y cuentos, Bolaño dejó una gran cantidad de material: manuscritos, cuadernos, correos electrónicos y un puñado de libros de poesía de distribución discreta. Lo lógico sería rescatarlo como el militante del movimiento infrarrealista y autor de textos como Reinventar el amor (1976), Los perros románticos (1993) o El último salvaje (1995). Material hay, incluso muchísimas piezas líricas incluidas en antologías o revistas universitarias mexicanas o españolas.

Sin embargo, lo más espectacular han sido las exhumaciones de El tercer Reich (2010) y, muy especialmente, Los sinsabores del verdadero policía (2011). Dos novelas póstumas que abrieron  la posibilidad de dar con nuevo material. Algo que, al parecer, no será posible en el mediano plazo.


SU VIDA



 Roberto Bolaño nace en Santiago de Chile el 28 de abril de 1953 y muere en Barcelona (España) el 15 de julio de 2003.

Escritor y poeta chileno con 15 años de edad se radica con su familia en México. Es aquí dónde empieza a gestarse su carrera literaria.

No termina el secundario por lo que no ingresa a la Universidad pero escribe prácticamente todos los días desde la madrugada hasta el amanecer con rigurosa constancia.

Frecuenta escritores y poetas. Fundan el movimiento infrarrealista que se opuso a los poderes dominantes en la poesía mexicana y al establishment literario de ese país.

Tiene un breve regreso a Chile pero regresa a México. A finales de los 70 se radica en España donde se relaciona con escritores y donde desempeña muchos oficios escribiendo en los momentos libres. Vivió pobremente y dejó un legado admirable. 


ALGUNOS DE SUS LIBROS









Su poesía en pocos renglones

Amanecer 

..." El cielo en la hora del muchacho es un enorme tornillo hueco con el que la brisa juega. Y el muchacho juega con ideas. Con ideas y escenas detenidas. La inmovilidad es una neblina transparente y dura que sale de sus ojos.
Créeme, no es el amor el que va a venir, sino la belleza con su estola de albas muertas."




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